quinta-feira, 27 de maio de 2010

Virrey Gabriel de Avilés, la glásnot iluminista

Avilés1.jpg

En estos días de fasto genuino por el Bicentenario de la Argentina, se me ocurrió la oportunísima idea de hablar bien de España en un grupo de personas con algún grado de estudio. Enseguida me di cuenta que la imagen que tienen –tanto de España como de Hispanoamérica- peca de parcialidad, prejuicio y desconocimiento histórico. Esto, por no hablar de la ausencia de lógica al discutir, evidenciada en las conclusiones particulares a partir de premisas generales, a saber: los españoles fueron piratas, los españoles mataron indios, los españoles solamente vinieron a buscar oro. Sin negar que a algunos españoles les cabrá alguno de estos sayos-o los tres juntos- con toda justicia, lo cierto es que un enunciado tan acrítico y universal mete en la misma bolsa a españoles como Bartolomé de las Casas, Bernardino de Sahagún, o al Virrey Avilés. A la inversa, si matar indios constituye un rasgo genuinamente español, entonces Julio Argentino Roca, Julio Popper o Rauch habrían sido españoles. Y si saquear riquezas y expoliar pueblos es también un rasgo distintivo del ser español, habrá que convenir que seguimos rodeados y gobernados por ellos, aunque por el sotaque nos parezcan argentinos.

Algo es innegable: el conocimiento de nuestro pasado es deficiente. Tanto Guillermo Furlong S.J. como Sigfrido Radaelli, distinguidos historiadores del pasado rioplatense, esperan ser reeditados. Para ceñirnos a Radaelli, éste fue el editor-en 1945- de las Memorias de los virreyes del Río de la Plata. Faltaría hacer, pues, con dichos virreyes un trabajo de justa perspectiva histórica, equidistante de la negación de lo español como de la barata exaltación nacionalista. Un trabajo equivalente- por su enjundia, rigor y exhaustividad- al que hiciera Lilia Moritz Schwartz con Pedro II en ese maravilloso cuadro de época que es As barbas do Imperador. Falta un estudio así. Faltan investigadores así. Faltan…faltan virreyes con su modesto ideal de paz y administración. El virrey Avilés no abrió bingos en la provincia de Buenos Aires pero cerró una plaza para corrida de toros. El virrey Avilés no consintió fábricas clandestinas donde trabajasen inmigrantes indocumentados, pero suprimió la encomienda de los indios guaraníes. El virrey Avilés dio inicio a la prensa rioplatense con la edición de El Telégrafo mercantil, el primer periódico que existió en Buenos Aires.

Los virreyes no estaban obsesionados por el aplauso universal, ni por campeonatos de fútbol, ni por ser París en Sudamérica, ni por la belleza de las argentinas, ni por ser los mejores del mundo. Eran saludablemente modestos y no ocultaban, en su rendición de cuentas, las dificultades o problemas por solucionar. Ya con este rasgo de transparencia institucional de rendir cuentas, hay bastante para pensar a la luz –o a la sombra- de nuestros días. Lisarda

Virreinato del Río de la Plata

Memoria del Virrey Avilés (1801)

Este es el segundo mando que tengo la satisfacción de entregar a V.E. cuya notoria ciencia gubernativa y política irá corrigiendo los errores que pueda haber cometido en los dos años y dos meses que he gobernado este virreynato (…)

Este virreynato de las Provincias del Río de la Plata está tan en embrión, que para ponerle en un regular giro, se necesita bien el talento de V.E. y mucho tiempo de gobierno para que tome un curso ordenado en todos sus ramos.(…)

El alma de todos estos manejos, no es otra cosa que querer algunos hacendados dilatar sus posesiones a lo infinito, apoderándose con usurpación de aquellas pingües tierras que verdaderamente son de los indios (…)

A pesar de que estas remesas de víveres se preparan y verifican con las formalidades de estilo, no se debe confiar en el proceder de los proveedores, cuya codicia es horrorosa, según lo he observado durante mi gobierno (…)

Aunque parezca intempestivo, no puedo dejar de decir a V.E. que he visto en algún papel de los que versan en materia de indios, pretender que estos manifiesten documentos de propiedad de sus terrenos, cuando ellos tienen a su favor una posesión tan antigua, como lo es la población de estos reinos; y quienes, en competencia de estos naturales, deben manifestar legítimo título de dominio, son los españoles que litigan con ellos, pues no trajeron de España las tierras que ocupan, o pretenden (…)

Las cajas de Oruro están en miserable estado de confusión y desorden, que cada día se enreda más y mientras no se halle una persona de perfecta inteligencia en estos manejos, que sea de una pureza incorruptible, y que no sea fácil de seducir por otros atractivos, y a este se remita con toda la autoridad a separar a los que estorben, no se conseguirá otra cosa que la continuación del robo que está sufriendo la real hacienda y disensiones que de las parcialidades se han originado (…)

Nuestro Señor guarde a V.E. muchos años. Buenos-Ayres, 21 de Mayo de 1801.

2 comentários:

  1. As conquistas são sempre selvagens em um mau sentido. Minha bisavó paterna era índia. Não sobrou nada de sua cultura. Nada.

    ResponderExcluir