quinta-feira, 15 de julho de 2010

Roberto Piva, Un poeta solitario atraviesa la ciudad


Foto: Evandro Monteiro-Zoinho, 10 anos, menino de rua, desafía polícia em S.P.
Traducción, selección de poemas y notas por Leo Lobos
"Yo traigo conmigo a los guardianes de los Círculos Celestes."
—Libro de los Muertos del Antiguo Egipto—

“Suena el tambor / en el ritmo de las ofrendas sepulcrales / en el ritmo de la levitación alquímica / en el ritmo de la paranoia de Júpiter”. El poeta Roberto Piva murió en la ciudad de São Paulo, Brasil, la misma que lo vio nacer, el sábado 3 de julio de 2010 a los 72 años. Famoso por su libro “Paranoia” de 1963, Piva se encontraba internado desde mayo en el InCor (Instituto del Corazón). La causa de la muerte fue una falla múltiple de órganos debido a una insuficiencia renal. En este mundo de borregos se extrañará su presencia, el espíritu de la contracultura - aguado por el imperio del consumo, por la globalización de lo mismo, por el proceso de imbecilidad generalizada que asola y anestesia los corazones y mentes de las personas - sobrevive en la poesía de Roberto Piva. No solamente en su temática, el éxtasis de las drogas, el chamanismo o el homosexualismo que pueblan y son materia-prima de sus versos, herederos directos de la generación beatniks de 50 años atrás sino principalmente en la forma, un radical desmantelamiento de todas las convenciones. Piva fue contracultura también en su actitud, un poeta rebelde y transgresor.
Nacido el 5 de septiembre de 1937. Descendiente de un condenado a la hoguera, su infancia y juventud transcurrieron a caballo entre las esquinas malhabladas de su ciudad y las antiguas haciendas de su padre. Sus primeros textos salen a la luz en 1961, pero la publicación de su libro Paranoia en 1963 con referencias geográficas precisas, ilustradas por fotografías del artista plástico brasileño Wesley Duke Lee, lo convierte en abanderado de la más moderna poesía brasileña de su tiempo. Su vida fue una permanente insurrección contra todos los poderes y en su momento llegó a afirmar que “sólo creo en el poeta experimental que tiene una vida experimental”. Profeta iracundo, de ideas delirantes y escritura de reminiscencias surrealistas, que tiene la garganta llena de afrentas “Yo vi a los ángeles de Sodoma desgreñados y / violentos aniquilando a los mercaderes, / robando el sueño de las vírgenes, / creando palabras turbulentas. / Yo he visto a los ángeles de Sodoma inventando / la locura y el arrepentimiento de Dios”. Roberto Piva ganó fama con la publicación de “Paranoia” al retratar la capital paulista bajo la influencia del LSD, inspirado por el movimiento beatnik y por el surrealismo. Erudito, estudioso de la fauna y la flora brasileñas e iniciado en el chamanismo, extrae de estas vertientes su inspiración poética. Evidenciar el carácter erudito de su creación literaria puede evitar el tratamiento restringido dado a autores de la generación beat, dirigiendo el foco exclusivamente a sus viajes y libertinaje, sin observar sus lecturas y el modo como estas los impulsan hacia la aventura. En Piva, la presencia de otros autores - inclusive en epígrafes, citas, alusiones y menciones - no se reduce a la influencia o imitación de modelos. Hay un encuentro de muchas voces que se incorporan a una dicción personal. Y una línea evolutiva resultando en relaciones cada vez más complejas, desde los primeros poemas hasta Veinte poemas con Brócoli, Quizumba, Ciclones y Extrañas Señales de Saturno. Tomando la distinción de André Breton, entre signo ascendente y descendente, se observa que Piva se mueve en las dos direcciones. Están presentes en él tanto el objeto, erótico y grotesco, como lo lírico y apasionado, lo sublime y maravilloso. El autor hizo parte de la generación de escritores, como Hilda Hilst (1930-2004) y Claudio Willer (1940), descubiertos por el editor Massao Ohno (1936-2010), publicados en su antología de los novísimos, no había grito o poesía suelta en el aire que Massao Ohno no transformase en libro, responsable de la publicación y promoción de la gran mayoría de los poetas jóvenes brasileños desde mediados del siglo XX. “La verdad de los dioses / carnales como nosotros & lánguidos / no proveen de nada / sino del deseo iracundo del corazón partido por el amor”.
La obra poética de Roberto Piva es, tanto una respuesta franca, marginal y urbana al convulsivo Brasil, un intento personalísimo de comunión con las raíces afro-brasileñas. El despliegue erótico, la búsqueda premeditada del delirio y otros arrebatos, el ser iniciado en cultos chamánicos, son algunos elementos vivenciales presentes en su poesía, Roberto Piva entendió que la sacralidad es la única manera posible de salvación del mundo moderno, así como el culto a la erótica un componente de transgresión del deseo. Formado en sociología, durante algunos años ejerce la docencia, luego Roberto Piva renuncia para convertirse en productor de espectáculos de rock, otra manera de ejercer su crítica a la conducta depredatoria de la civilización actual. Publicó, entre otros, los libros: Paranoia, Piazzas, Abra os olhos e diga ah!, Coxas, 20 poemas com brócoli, Quizumba, Antologia poética, Ciclones, Um estrangeiro na legião y Estranhos sinais de Saturno. La poesía de Piva es predominantemente visceral, a veces sucia, como la ciudad que él contradictoriamente ama y odia. Pero al mismo tiempo es lírica y esta llena de metáforas. Como ocurre con la poesía de Allen Ginsberg y el cine de Pier Paolo Pasolini, dos gurús del escritor, la exaltación abierta y franca del deseo homosexual puede chocar a los desprevenidos, pues Piva es un enemigo de los eufemismos. Otro tema que no cambió en su poesía fue la relación chamánica del poeta con la naturaleza: “el arco-iris / es el collar del hechicero / que apaga el día / con la mano izquierda”. Uno de los motores de la poesía de Piva es el rescate de lo mágico y de lo sagrado de las fuerzas míticas de la naturaleza, una manera de actualizar la tradición dionisiaca y la transgresión sagrada del paganismo. Estudioso de Mircea Eliade, del candomblé y de los rituales indígenas brasileños, él hace de las palabras un instrumento del culto orixás (Xangó, Yemanjá y Oxum) y al mismo tiempo, para invocar al halcón, su animal chamánico, embebido por la ingestión de drogas alucinógenas. Otro elemento es su asociación con el surrealismo, que se expresa, sobre todo en la errancia lisérgica-sicodélica del poeta por las calles de una metrópolis apocalíptica. Muchos de sus poemas se basan en la traducción alucinada de la pesadilla urbana: “sobre los pavimentos desolados el firmamento esta distante como nunca”. Piva, además de utilizar el método paranoico-crítico de Salvador Dalí, se sumerge muchas veces en la intuición y en la libre asociación de imágenes e ideas, nunca liberadas de sentido, haciendo del absurdo una forma de agresión al conformismo y la apatía.
Piva emprendió una tentativa original de superar dicotomías entre lo simbólico y lo real, sueño y vida, lo imaginario y el mundo de las cosas; una realización de lo que Baudelaire había propuesto como Arte Filosófica: “Crear la magia sugestiva que contenga al mismo tiempo el objeto y el sujeto, el mundo exterior y al propio artista”. El título de uno de los manifiestos de Piva publicados en 1985, El siglo XXI me dará la razón, acabaría por anticipar la propia recepción de su obra. Piva promueve la unión de todos los contrarios, carne y espíritu, vida y obra, arcaico y contemporáneo, y rescata los estados primitivos del sueño y la locura. En un tiempo de versos inofensivos, su lectura a un tiempo agrede y agrada. Difícil olvidar a gente inconformada, en un mundo de mansos.

“Piva define el momento. Un poeta con cara de niño atraviesa solitario la ciudad rompiendo un himen gigantesco. Poesía de sangre, que genera una flor en el sexo de la adolescencia. Visión de Piva, antropófago, São Paulo en la boca, madrugada en el diente, poesía en el estomago. Un poeta con cara de niño atraviesa la ciudad. Tirando la juventud.”
Thomaz Souto Corrêa
SP, Brasil 1963

Jorge de Lima, panfletario del caos
Fue el día 31 de diciembre de 1961 que te comprendí Jorge de Lima
mientras caminaba por las plazas agitadas por la melancolía presente
en mi memoria devorada por el azul
supe descifrar tus juegos nocturnos
sin disfraz entre las flores
unísonos en tu cabeza de plata y ampliadas plantas
como tus ojos crecen en el paisaje Jorge de Lima y como tu boca
palpita en los bulevares oxidados por la niebla
una constelación de ceniza se desintegra en la contemplación inconsútil
de tu túnica
y un millón de luciérnagas que traen extraños tatuajes en el vientre
se despedazan contra los nidos de la Eternidad
es en este momento de agitación y agonía que te invoco gran alucinado
querido y extraño profesor del Caos sabiendo que tu nombre debe
estar como un talismán en los labios de todos los pequeños
Jorge de Lima: Médico, ensayista, profesor, historiador, político, traductor, novelista, pintor, escultor y poeta brasileño nacido en 1893 en la ciudad de União dos Palmares Estado de Alagoas y fallecido en Rio de Janeiro en 1953. Entre sus libros de poesía podemos mencionar: A Túnica Inconsútil (1938), Poemas Negros (1947), Invención de Orfeo (1952). Místico y visionario, Jorge de Lima, es admirado y venerado como gran maestro por poetas de diversas generaciones y estilos. Una obra cargada de ternura por el ser humano y de desenfrenado lirismo, que anticipó las principales cuestiones del siglo XX. (Nota del traductor).


Los ángeles de Sodoma
Yo vi a los ángeles de Sodoma escalando
un monte hasta el cielo y sus alas destruidas por el fuego
abanicaban el aire de la tarde.
Yo vi a los ángeles de Sodoma sembrando
prodigios para que la creación no
perdiera su ritmo de arpas.
Yo vi a los ángeles de Sodoma lamiendo
las heridas de los que murieron sin
alarde, de los suplicantes, de los suicidas
y de los jóvenes desaparecidos.
Yo vi a los ángeles de Sodoma, creciendo
con el fuego de sus bocas saltaban
medusas ciegas.
Yo vi a los ángeles de Sodoma desgreñados y
violentos aniquilando a los mercaderes,
robando el sueño de las vírgenes,
creando palabras turbulentas.
Yo he visto a los ángeles de Sodoma inventando
la locura y el arrepentimiento de Dios.
Stenamina boat
“Prepara tu esqueleto para el aire”
Federico García Lorca

Yo quería ser un ángel de Piero della Francesca
Beatriz apuñalada en un oscuro callejón
Dante tocando el piano en el crepúsculo
yo pienso en la vida reclamado soy por la contemplación
desconsolado miro el contorno de las cosas copulando en el caos
yo reclamo una leyenda instantánea para mi Mar Muerto
Tiempo y Espacio posan en mi antebrazo como un ídolo
hay un hueso cargando un dentadura
yo veo a Lautréamont en un sueño en las escaleras de Santa Cecília
él me espera en la plaza de Arouche en el hombro de la estatua de un santo
hoy por la mañana los árboles estaban en coma
mi amor escupía brazas en el trasero de los locos
había tinteros medallas esqueletos vidriados copos dalias
explotando en el culo ensangrentado de los huérfanos
niños visionarios arcángeles del suburbio entrañas en éxtasis alfileteados
en los urinarios atómicos
mi locura alcanza la extensión de una alameda
los árboles lanzan panfletos contra el cielo gris
Paranoia en Astrakan
Yo vi una linda ciudad cuyo nombre olvidé
donde ángeles sordos recorren las madrugadas tiñendo sus ojos con
lágrimas invulnerables
donde críos católicos ofrecen limones a pequeños paquidermos
que salen escondidos desde las tocas
donde adolescentes maravillosos cierran sus cerebros para los tejados
estériles e incendian internados
donde reconocidos nihilistas distribuyen pensamientos furiosos y tiran
la descarga sobre el mundo
donde un ángel de fuego ilumina los cementerios en fiesta y la noche
camina en su hálito
donde el sueño de verano me tomó por loco y decapité el otoño de su
última ventana
donde nuestro desprecio hizo nacer una luna inesperada en el horizonte
blanco
donde un espacio de manos rojas ilumina aquella fotografía de pez
oscureciendo la página
donde mariposas de zinc devoran las góticas varices de las venas del ano
de las beatas
donde las cartas reclaman drinks de emergencia para lindos tobillos
arañados
donde los muertos se fijan en la noche y aúllan por un puñado de débiles
plumas
donde la cabeza es una bola digiriendo los acuarios desordenados de la
imaginación
Leo Lobos (Santiago de Chile, 1966) es poeta, ensayista, traductor y artista visual. Laureado UNESCO- Aschberg de Literatura 2002. Realiza una residencia creativa en CAMAC, Centre d´Art Marnay Art Center en Marnay-sur-Seine, Francia los años 2002-2003 con apoyo Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación francesa Frank Ténot. Ha realizado exposiciones de sus dibujos, pinturas y una residencia creativa los años 2003 hasta comienzos del 2006 en el centro de cultura Jardim das Artes en Cerquilho, SP, Brasil. Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz y José Castelo entre otros. Sus dibujos, poemas visuales y pinturas forman parte de colecciones privadas y publicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia. El 2003 recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación de Chile y el 2008 la beca de creación para escritores profesionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Forma parte del equipo productor del V Encuentro Internacional de poetas CHILEPOESIA el año 2008 y 2009, uno de los principales festivales de poesía de Hispanoamérica. Trabaja en la actualidad como gestor y productor cultural en la Corporación Cultural de Peñalolén en Santiago de Chile.

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